El hablar de sentadillas es sinónimo de uno de los entrenamientos de fuerza más efectivos que existen, siempre y cuando estas sean ejecutadas de una forma correcta.
No se necesita mucho espacio para su ejecución, pero la complejidad de este ejercicio es el realizarlo de una manera correcta, con una postura que implica colocar los pies un poco más allá de la altura de los hombros, con los dedos ligeramente hacía afuera.
El objetivo de las sentadillas es el trabajo de varios músculos del cuerpo, así como aumentar la densidad ósea, es decir, prevenir o retardar problemas como la osteoporosis.
Realizar sentadillas de manera correcta, además de tonificar los músculos de las piernas, ayuda a trabajar los abdominales, lumbares y paraespinales; así como, mejorar la tensión de los tendones y ligamentos.
Uno de los errores más comunes a la hora de ejecutar la sentadilla es la mala colocación de la postura, lo cual a la larga puede generar dolores en la espalda y en la zona lumbar, lo que a la postre podría generar problemas en estas zonas.
Lo más importante para tener buenos beneficios de las sentadillas, es el no exagerar con el uso de estas y balancear con otros ejercicios. Lo ideal como siempre, es consultar con un instructor especializado en ejercicio para la correcta ejecución de estas, así como el balancear de manera adecuada con los demás ejercicios.
