Los aficionados del futbol mexicano se han acostumbrado a lo largo de los años, específicamente desde 1996 cuando iniciaron los torneos cortos, a disfrutar el máximo nivel de la liga local en la etapa de liguilla, ese “otro torneo que eleva el nivel y las posibilidades de cualquiera de los aspirantes al título”, sin embargo, el inicio de la actual ha dejado mucho que desear.
Y es que los empates sin goles en el Pumas vs América y posteriormente Monterrey vs Atlas nos hacen preguntarnos obligadamente si lo que vimos en estos dos primeros partidos ¿será lo que veamos a lo largo de la etapa final y decisiva del torneo?.
Por una parte, que el líder absoluto de la fase regular, el América, haya visitado la cancha de C.U para encerrarse frente al lugar 12 que se clasificó vía repechaje para posteriormente tomar el puesto 8, es un tema de tabloide que ha generado más dudas acerca del nivel del futbol mexicano.
Ahí también nace la critica de quitar la regla del gol de visitante, algo que a opinión de muchos, incentiva los planteamientos defensivos y la poca hambre para buscar la portería rival. Esta idea pasó de la conspiración por especular que los altos mandos del América ordenaron tal situación, a la realidad en el mismo partido, donde un empate a cero goles y pocas emociones dejó todo para la vuelta en el Azteca.
Ya en las latitudes más norteñas, la mejor platilla del continente americano no pudo hacer valer la localía contra el Atlas, segundo de la tabla, y que venía de 10 días de parón por la fecha FIFA y el repechaje.
Si bien, fue un partido con más llegadas a puerta y con las figuras en los arqueros a todas luces, el grito de gol ahogado en el Gigante de Acero fue una clara muestra que firmar un empate a cero convenía a los intereses propios de los clubes, que al espectáculo, ese que tanto pedían los dueños de los equipos, porque “sin gente en las tribunas,no se disfruta el futbol”, decían.
Por lo pronto, a los aficionados los han orillado a vivir en la nostalgia del partidazo vivido en Puebla. Ese que dejó fuera a Chivas de la fiesta grande, pero que al menos, brindo a los hinchas, un motivo para ilusionarse con el gran baile, la carrera al título o sin tanta palabrería, enfrentamientos menos aburridos.
Si llevamos dos años atípicos por la pandemia, el futbol mexicano también ha sufrido de lo atípico; perder tres veces en el mismo año en selección contra los Estados Unidos, perder el juego de estrellas contra la MLS y ahora mismo, brindar poco y nada en la liguilla del “Grita México AP21”.
