El episodio más obscuro del futbol italiano aún se respira en el interior de la Juventus de Turín, el “Calciopoli”, ahora con una nueva sospecha de informes falsos por los directivos del club bianconeri.
De acuerdo a una investigación hecha por la justicia italiana, hay sospechas de que la Juve ha acumulado capital de manera ilegal, pues después de que el la institución de Turín publicara en el 2020 un estado financiero, levantó sospechas entre la Comisión Nacional de Bolsa y Valores de Italia (CONSOB) y la Comisión de Supervisión de Clubes Profesionales (COVISOC), por lo que las auditorias no se hicieron esperar.
Ante las auditorias, las autoridades indicaron que la necesidad de estudiar los ingresos de la gestión de derechos de jugadores, ya sea federativos y o de imagen. Ya para mayo del 2021, la fiscalía italiana abrió una investigación de forma criminal llamada “Prisma”, donde hay sospecha formal de 42 transacciones de mercado.
Estas indagatorias criminales tienen como objetivo escudriñar los movimientos de los gerentes del club, pues han proporcionado datos falsos a los auditores con facturas inexistentes de aproximadamente 50 millones de euros.
Los principales sospechosos son Andrea Agnelli, dueño y presidente; Pavel Nedved, vicepresidente; Fabio Paratici, ex director deportivo que ahora labora en el Tottenham; Stefano Cerrato, director corporativo y Marco Re, director financiero, además de la Juventus como institución legal.
El “modus operandi” de la Vecchia Signora sería reportar menos dinero ingresado y egresado por las compras y ventas de sus jugadores, ya que los gastos se distribuían entre los años de contrato del jugador en cuestión para pagar menos impuestos, sin embargo, un par de fichajes se volvieron fangosos.
Hubo dos fichajes que prendieron las alertas de los auditores y posteriormente fiscales: Miralem Pjanic y Artur Melo.
Ambos movimientos se dieron con el Barcelona, con Pjanic yendo a España y Artur aterrizando en Italia. Por el bosnio la Juve pagó 70 millones, mientras que por el brasileño se embolsó 80 millones, sin embargo, las ganancias reportadas fueron de 60 millones. algo que no concuerda debido a que la diferencia son 10 millones y no 60.
Las consecuencias serían dobles, pues el club y los implicados se verían las caras con la justicia normal y la justicia deportiva: la primera con multas económicas por contabilidad falsa y la segunda con deducción de puntos y descenso a la Serie B por falsear documentos para obtener el registro para la Serie A.
Aún no se cierra la investigación, y aunque no hay declaraciones de ninguna de las partes, se espera que la resolución se de antes de que finalice la campaña actual en el verano del 2022.
