Es muy cierto que los clichés son verdades repetidas. En los deportes no es la excepción, ya que algunos personajes en el medio, se anclan en las frases hechas para salir rimbombantes y analizar los temas en boga al rededor del mundo.
No es que estén poco acertados a la hora de invocar a los clichés para analizar, por ejemplo, a la Selección Mexicana de Futbol, lo hacen como una manera fácil de atraer público, con palabras comunes pero llenas de verdad. Ayer en el Estadio Azteca, el Tri, respaldó todo lo anterior con poco futbol y mucha menos mentalidad.
El TEAM USA llegó al Azteca y repitió el patrón de las últimas 2 eliminatorias mundialistas: no perder en territorio mexicano y complicarle la existencia al entrenador en turno de México.
Fue en 2009, la última vez que el cuadro mexicano salió con la victoria de su propia “fortaleza”. En 12 años, apenas han conseguido dos empates en duelos oficiales rumbo a la Copa del Mundo y una derrota en partido amistoso. A esto hay que sumarle el funesto cero a cero de este jueves en el camino a Qatar 2022.
Pero en el futbol actual, también importa el cómo. Ahí, los de las barras y las estrellas nos superan ya en datos concretos, si, con algunos fracasos, pero con las constancia como principal arma.
En primer lugar, este jueves en el Coloso de Santa Úrsula plantaron un equipo con promedio de edad de 24 años; sin figuras como McKennie, Dest o Aaronson y con nombres de la MLS que muestran la confianza que le tienen al proyecto de su liga.
También hay que decir que en este contexto, la MLS pasó de valer en 2008 120 millones de dólares a 2022 con 900 millones de billetes verdes, un crecimiento de 700%, en cambio, la Liga MX, valía unos 280 millones de dólares en el mismo 2008 y en este 2022, apenas alcanza los 800 millones de billetes estadounidenses, algo así como crecer apenas el 240%, según Transfermarket.
Lo único que le resta a nuestro vecinos del norte es acomodar su calendario con el resto del mundo futbolístico, a partir de ahí, tendremos que considerarles como una verdadera potencia emergente en el orbe. A México, el que tenía todo para serlo pero prefirió mirar con recelo los proyectos a largo plazo y acumular las migajas de lo deportivo y lo económico.
