La sistemática manera de hacer deporte para las mujeres en el mundo cae a pedazos, más lento de lo que nos gustaría, pero igual se derrumba en trozos, y pronto caerá totalmente.
Como todo imperio que se erigió en el mundo sin preguntar si era lo mejor para todos aplastando el sueño de muchos, así caerá ese sistema sexista y voraz que hace que el deporte para las mujeres sea una pesadilla.
Poco dinero pero enorme mensaje
Así la Federación de Noruega de Handball se ganó una multa por la Federación Internacional de Handball debido a que su selección femenil decidió no usar la parte inferior del bikini y en lugar de eso, usar shorts para sentirse más cómodas.
150 euros por cada jugadora que no usó el bikini en la parte inferior, una cifra insignificante en términos monetarios pero del tamaño de un iceberg en cuanto al mensaje que mandan a todo el mundo: “Las reglas son como son, no importa si lastiman a las deportistas, se tienen que respetar”
Aquí el código de vestimenta del Handball: para los hombres “el uniforme consiste en una camiseta sin mangas, shorts y eventuales complementos, mientras que para las jugadoras el uniforme consta de blusas, braguitas de bikini y eventuales accesorios”.
“No ganamos una medalla este año, pero pudimos pasar el verano haciendo lo que amamos. Y arrojar luz sobre un tema muy importante. Decidimos jugar la final de bronce en shorts en lugar de en braguitas de bikini y la Federación Noruega de Handball se llevó la multa. Esta es una batalla importante, ¡y estoy muy orgullosa de ser parte de esto!.”
Martin Welfler, jugadora de la selección de Noruega de Handball
La Gimnasia al rescate de las deportistas
Luego vemos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como el marco perfecto para cimbrar al mal sistémico que ha aquejado a las atletas mujeres por años, sexualizar su cuerpo en busca de más rating, de más boletos vendidos, de más patrocinios o simplemente de más interés.
Todo lo anterior a costa de las mismas atletas y dejando en segundo termino su trabajo dentro de la cancha, cualquiera que esta sea.
Las gimnastas alemanas lo han entendido bien y con la dosis perfecta de valentía salieron al Centro de Gimasia de Ariake en Tokio para competir con trajes de cuerpo entero, como ya lo habían hecho en el Europeo del pasado abril, reivindicando la necesidad de sentirse cómodas para practicar su deporte.
“La idea es sentirse bien sin dejar de ser elegantes. Cuando la pubertad comenzó, cuando tuve la menstruación, comencé a sentirme cada vez menos bien. Siendo niña no veía el traje ajustado como un problema”
Sarah Voss, gimnasta alemana
De esta forma, las opiniones de diversas figuras del deporte femenil se vierten como casacadas con el único objetivo de tomar parte en esta lucha por la NO sexualización del deporte femenino.
“Renunciar al maillot ajustado y ponerse un traje de cuerpo completo supone un gesto importante en un deporte conocido por su dureza y su rigor”
Elisabeth Seitz, medallista europea y mundial
El cuerpo por encima de la hazaña
La pasión a la hora de narrar el logro de un deportista no es la misma si la protagonista es mujer. Así lo dictamina un estudio hecho en varias televisoras estadounidenses acerca de la percepción de las mujeres en el deporte mundial.
Cuando en 2018 la tenista española Garbiñe Muguruza se convirtió en la número uno del ranking mundial de la WTA, su hazaña apareció en todos los medios. Junto a la información estrictamente deportiva había titulares como: “Garbiñe Muguruza: cómo conseguir las piernas perfectas del tenis español”.
Numerosas investigaciones han analizado las diferencias en la información deportiva cuando el protagonista es un hombre o una mujer. Una de las más recientes, publicada en la revista Gender & Society, sostiene que los enfoques abiertamente sexistas no son tan habituales como hace unas décadas.
Tres ejemplos de no más de 10 renglones cada uno, pocas palabras para explicar el peso tan inmenso que cargan sobre sus espaldas las mujeres en el deporte de alto rendimiento no sólo en estos tiempos, sino a lo largo de la historia.
Que esta nota sirva para dar valentía a las atletas de todos las disciplinas y que el deporte que sistemáticamente sexualiza a las mujeres en el deporte se convierta en polvo como aquellos grandes imperios que vivieron de la mentira.
