El cambio generacional en la Selección mexicana de futbol se está dando poco a poco, cierto es, en algunas posiciones, debido a que hay jugadores que ya deberían de dejar de ser convocados, sin embargo, por lo que generan mediáticamente siguen estando convocados.
A pesar de tener medallistas olímpicos, múltiples jugadores en el viejo continente no hay un líder nato en la selección. En la próxima Copa del mundo se estará yendo el ‘último’ líder de la selección, Andrés Guardado, aunque no ha hecho buen papel imponiendo su autoridad en los momentos más bravos, simplemente poniéndose a la defensiva.
Al equipo mexicano le hace falta tipo como Rafael Márquez, Cuauhtémoc Blanco, Claudio Suárez o Alberto García Aspe, quienes se hacían respetar por su jerarquía y liderazgo, cuando las cosas no caminaban de la mejor forma ellos pegaban el grito en la cancha, en el vestidor y hacían reaccionar, algo que en esta generación no hay.
Esta ‘nueva generación’ tiene futbolistas a los cuales no les gusta mucho estar en la selección, mismos que dicen que el ‘Azteca no pesa, sin embargo, no se dan cuenta que no pesa por el pobre desempeño que muestran en la cancha en cada partido.
Quizá y solo quizá, el único jugador que estaría cargando con esta responsabilidad de tener un líder a futuro y me atrevería a decir al grado de ser capitán sería Edson Álvarez, ya que es el único jugador con esa picardía, con esa sangre que necesita un líder.
El verdadero líder no se queja por si pesa o no el Estadio o como es el campo, el verdadero líder no se queja por si juegan en la altura o no, el verdadero líder no condiciona su presencia. El verdadero líder ayuda, genera confianza, no más dudas.
