Mediocre significa “ni bueno ni malo”, es decir, no ganas pero tampoco pierdes, lo que te convierte en gris si hablamos de colores o mediano si hablamos de tamaño. Ahí flotan las Chivas, el equipo más popular de México y uno de los dos más grandes del futbol nacional. El Rebaño Sagrado es ahora mismo el “Rey del empate”.
Pero este texto no nace del bochornoso empate sufrido de último minuto ante su archi rival de ciudad, el Atlas, el fin de semana pasado, estas líneas emanan del análisis de una constante que de a poco se vuelve más oscura que clara: la cascada de empates que acumulado el Guadalajara torneo tras torneo, sin marcar una clara diferencia a su favor y perfilarse como favorito en las fases finales.
La memoria nos ayudará para no ir tan lejos, con el torneo anterior, el Apertura 2021, donde sólo sacaron 5 victorias en 17 fechas por igual número de derrotas y 7 empates. Es decir, el 40% de sus compromisos en fase regular no pudieron imponerse en el marcador, además de cosechar sólo 1/3 de los puntos en disputa.
Si nos acercamos al torneo que está en marcha, el Clausura 2022, la cosa no pinta diferente, ya que en 11 jornadas, son apenas 3 triunfos por 4 descalabros y 4 empates. Una vez más, el rubro de partidos igualados supera al de victorias, lo que nos hace pensar que la constante seguirá su camino habitual.
Es así como en el futbol mexicano se aplica al pie de la letra el viejo adagio “la liguilla es otro torneo”, por lo tanto, Chivas llegará poco embalado y lleno de empates al repechaje (que es parte extraoficial de la liguilla) para ser eliminado como los últimos dos torneos contra Pachuca y Puebla respectivamente.
Los números además de ser fríos, son siempre un golpe de realidad, así estés en el futbol más inconstante del mundo como lo es el mexicano o te encuentres en la rutina de los torneos largos como lo es Europa. Chivas no camina, se estanca.
