La esgrima olímpica se pinta de rosa contra el abuso sexual

Los Juegos Olímpicos han sido un estandarte a lo largo de la historia para exponer los males que aquejan a la humanidad como una protesta explicita que llega a cada rincón del planeta.

Desde Jesse Owens en Berlín 1936 contra el régimen Nazi de Adolf Hitler, pasando por el Black Power de Tommie Smith y John Carlos con el puño en alto en México 1968 oponiéndose al racismo, hasta la protesta deliberada de los esgrimistas estadounidenses contra uno de sus compañeros por las múltiples acusaciones de abuso sexual en su contra.

Así, la pista del Esgrima en Tokio 2020+1 se convirtió en una plataforma mundial para exponer a uno de los participantes, Alen Hadzic, quién tiene en su contra seis acusaciones de abuso sexual por parte de mujeres deportistas.

Sus compañeros, tres integrantes del equipo Nacional de los Estados Unidos de Esgrima salieron con un cubrebocas color rosa para solidarizarse con las victimas, seis mujeres esgrimistas que fueron víctimas de abuso sexual por parte de su cuarto integrante, Hadzic, quien lució un cubrebocas negro.

El día del debut olímpico del equipo, Jake Hoyle, Curtis McDowald y Yeisser Ramirez exhibieron a su compañero, de 29 años, que ni siquiera los volteó a ver.

El debate ha crecido como la espuma ante diversas injusticias evidenciadas en los últimos días; Sha´Carri Richardson fue expulsada de Tokio por el COI por dar positivo a un examen de mariguana tras sufrir la muerte de su madre.

En mayo de 2021 se anunció que Hadzic había sido seleccionado como parte del equipo que representaría a Estados Unidos en los Olímpicos. De inmediato, las agredidas, incluyendo a dos que están en el equipo femenil, pidieron al Comité Olímpico que no se le permitiera participar porque está siendo investigado por al menos tres acusaciones de abuso sexual cometidas entre 2013 y 2015.

Las victimas aseguraron que se pusieron denuncias ante el Centro Estadounidense para un Deporte Seguro (Center fot SafeSport), la agencia encargada de proteger a los deportistas de las barras y las estrellas, teniendo como eje que la inclusión de Hadzic las ponía en evidente riesgo.

El esgrimista ya había sido suspendido el pasado 2 de junio para así perderse los Olímpicos, sin embargo, apeló con rotundo éxito en un tribunal independiente que lo mandó directo a Tokio.

La Federación de Esgrima USA Fencing decidió que la única autoridad que podría sancionarlo era SafeSport, creada en 2017 para indagar de manera independiente las acusaciones de conducta sexual inapropiada dentro del movimiento Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos.

Incluso minimizó las agresiones al considerarlas “no comprobadas” y que no influyen en la selección de los miembros del equipo.

Lo enviaron en otro vuelo, lo alojaron en un hotel cercano a la Villa Olímpica y le prohibieron compartir espacios de entrenamiento con mujeres, además de no poder desfilar en la inauguración. Eso sí, la libertad se le sigue otorgando.

El rotativo The Guardian señaló que sólo podía participar si uno de sus compañeros enfermaba o se lesionaba.

El equipo perdió en aquel debut el 23 de julio contra Japón en la primera ronda pero el daño ya estaba hecho.

“Es muy decepcionante para mí estár en el mismo equipo que él y representar a Estados Unidos. He trabajado toda mi vida para llegar aquí, y ver a este horrible ser humano poder compartir este momento es simplemente deplorable”.

Esgrimista del Team USA en Tokio

Otro capítulo oscuro en la historia del deporte estadounidense; recordando las más de 300 mujeres y niñas abusadas por el ex médico del equipo nacional de Gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar.

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