
Chivas: Una crisis que se ha vuelto costumbre
Por más que se intente maquillar, la crisis de Chivas no es nueva. El club más popular del fútbol mexicano lleva más de ocho años arrastrando inconsistencias, malas decisiones y fracasos deportivos. Lo preocupante no es solo que no se vislumbra el final, sino que cada torneo parece cavar más hondo su caída.
La llegada de Gabriel Milito al banquillo generó expectativas altas. Algunos se dejaron llevar por una pretemporada decorada con trofeos menores y victorias anecdóticas. Sin embargo, la realidad del Apertura 2025 es contundente: el equipo está al borde del abismo. Tras siete jornadas, suma apenas cuatro puntos, y si no fuera por un par de milagros en los minutos finales, podría estar completamente hundido en la tabla.
Hoy, durante la pausa por la Fecha FIFA, el Guadalajara se encuentra en el penúltimo lugar, con serias dudas sobre su capacidad para pelear por un lugar en el play-in, y con rumores constantes sobre la inminente salida del estratega argentino.
Algunos técnicos rivales, como Nicolás Larcamón y André Jardine, han elogiado el funcionamiento del equipo, asegurando que el desempeño no se refleja en los resultados. Pero la realidad es que la posesión y el toque no ganan partidos. Chivas defiende mal y ataca peor. Cada llegada del rival es una amenaza, y el Rebaño es incapaz de generar fútbol ofensivo con claridad. Hasta ahora, no ha podido mantener el cero en su portería en ninguna jornada.

Refuerzos sin peso, jóvenes sin espacio
Los fichajes que llegaron con la promesa de cambiar el rumbo no han marcado diferencia. Algunos no han jugado por lesión; otros simplemente no han estado a la altura. El único que ha mostrado algo distinto es Efraín Álvarez, aunque tampoco como para cargar al equipo.
Lo más contradictorio es la situación de los juveniles, una de las banderas históricas del club. Milito les dio espacio en pretemporada, pero los ha borrado en el torneo oficial. Chivas ni siquiera ha cumplido con la regla de minutos para menores, lo cual habla de una desconexión total con la filosofía del club.
El caso de Hugo Camberos es especialmente llamativo. Fue seguido por el Club Brujas de Bélgica, pero su transferencia no se concretó. Y lejos de aprovecharlo, el cuerpo técnico lo ha marginado. Camberos no ha tenido los minutos que merece, y todo apunta a que se ha desaprovechado una de las joyas más prometedoras del plantel.
Se viene lo más difícil
Lo que se aproxima para el Guadalajara no es alentador. En el horizonte inmediato están América, Tigres y Toluca, rivales que, en este momento, lucen muy superiores. Los resultados de estos encuentros podrían definir no solo el futuro de Milito, sino también el destino de Chivas en el torneo.
Y si la historia reciente se repite, ya sabemos qué pasará: la directiva cortará el proceso, buscará un nuevo técnico que prometa «renacer» al equipo, y volveremos al mismo círculo vicioso de siempre, con las mismas preguntas sin respuesta:
¿Qué pasará ahora? ¿Quién será el salvador? ¿Volverán las épocas de gloria?
Por ahora, lo único claro es que Chivas sigue extraviado, sin proyecto deportivo sólido, sin identidad en la cancha, y sin un plan visible para salir del pozo. Mientras tanto, su afición—fiel y paciente como pocas en el país—espera algo más que excusas y promesas. Es hora de que el club más mexicano recupere la memoria… y el rumbo.