La novela de cada año sobre la continuidad del mariscal de campo de los Green Bay Packers, Aaron Rodgers está más renovada que nunca. Fuentes cercanas a la institución de Lambeau Field, así como ex ejecutivos del mismo equipo dan muy pocas e incluso nulas probabilidades de que se quede para la siguiente temporada el ya veterano QB.
Rob Demovsky de ESPN, quien ha estado cubriendo a los Packers desde 1997, ha declarado que hay menos de un 5% de posibilidades de que Rodgers vuelva a usar su camiseta número 12 para los Packers.
Andrew Brandt, un ex ejecutivo de los Packers que ahora es colaborador de Sports Illustrated, ha insinuado que el departamento de personal de los Packers carece de habilidades sociales y que la oficina principal descuidó sin saberlo su relación con Rodgers.
El veterano corresponsal de los Packers para The Athletic, Bob McGinn, quien ha estado en todo momento desde que Lynn Dickey tomó las jugadas en Lambeau Field, volvió a enfatizar en un artículo que la desconfianza y el disgusto de Rodgers por el gerente general Brian Gutekunst permanece en la raíz de toda esta confusión. McGinn escribió, citando fuentes: “Rodgers se ha burlado de Gutekunst en charlas grupales con sus compañeros de equipo en Green Bay al referirse al gerente general como Jerry Krause”.
Luego, a fines del verano pasado, después de que Rodgers elogió al joven receptor Jake Kumerow, los Packers lo liberaron y terminó en Buffalo. Eso tampoco le sentó bien al QB, especialmente con un jugador consumado como Rodgers, quien, según muchos que han estado alrededor de los Packers durante años, es un resentimiento de élite y un experto en agresividad pasiva.
Incluso cuando los Osos de Chicago celebran abiertamente la idea de que Rodgers se mude a otra franquicia de la NFL, también existen las dudas acerca del comportamiento del MVP de la pasada temporada regular; y es que las constantes peleas del número 12 con los dirigentes de los Packers, además de su veteranía y su estado físico ponen a pensar a más de uno sobre poner todas las fichas por el mariscal de campo.
