Juárez sobrevivió a una noche de locura, tensión y expulsados para quedarse con el último boleto a la Liguilla. En un partido que parecía escrito para sufrir hasta el último segundo, los Bravos vencieron 2-1 a Pachuca y ahora enfrentará al líder, Toluca, en los cuartos de final. La frontera se ilusiona; Pachuca queda fuera envuelto en frustración.
El juego arrancó con un ritmo intenso, de esos que dejan claro que no hay mañana. Juárez se mostró ordenado, disciplinado, sin regalar metros… y, sobre todo, sin temerle a un rival que llegaba fortalecido tras destrozar a Pumas. Y cuando el partido pedía un golpe emocional, apareció la jugada que encendió el Estadio: Madson, con una media tijera desviada, puso el 1-0 al minuto 16. Un golazo extraño, afortunado, pero que cambió todo el guion.
Pachuca respondió con intención, pero sin claridad. Idrissi peleaba cada balón, Cádiz avisaba con remates acrobáticos y Kennedy insistía, pero la defensa local resistía con orden. Juárez no se echó para atrás; al contrario, siguió mordiéndole metros a un rival que se veía incómodo, desconcertado, sin la chispa que había mostrado días antes.
El segundo golpe llegó al 38’. Después de un rebote mal despejado, José Luis “Puma” Rodríguez atacó la pelota como dictan los manuales: sin dudar, con potencia y dirección. Derechazo al primer poste, imposible para Carlos Moreno. Juárez lo ganaba 2-0 y parecía encaminar el pase con autoridad.
Pero este Pachuca no sabe morirse sin hacer ruido. Antes del descanso, Jhonder Cádiz sacó un disparo pegado al poste que Jurado no pudo detener. El 2-1 llenó de nervio el cierre del primer tiempo y transformó el complemento en un campo minado.
Para la segunda mitad, Pachuca salió decidido a empatar. Kennedy, Quiñones y Pedraza tuvieron oportunidades claras, pero siempre apareció algo: un mal remate, un desvío, o Jurado salvando en el momento justo. Juárez, por su parte, respondía con chispazos de Madson y Estupiñán, pero la sensación era clara: el partido se estaba jugando en territorio bravo.
El caos llegó al 70′, cuando Madson cayó conmocionado tras un fuerte impacto y el juego se detuvo. Ahí el ritmo se rompió… y con él, la calma. Cinco minutos después, una bronca entre Estupiñán y García derivó en una revisión que terminó con roja para el Guamerú y amarilla para el atacante de Juárez. El ambiente se calentó y los minutos finales se jugaron con el corazón más que con la cabeza.
⏱️| ¡TERMINÓ EL PARTIDO! 🔥
— FC Juárez (@fcjuarezoficial) November 24, 2025
¡NUNCA DEJAMOS DE CREER Y ESTAMOS EN LA LIGUILLA!🐎🐎🐎
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El cierre fue un festival de desesperación: Pachuca lanzado al frente, Juárez defendiendo con todo, tiempo agregado eterno y un estadio con el alma en el hilo. A los 95’, tras una confusión entre Moreno y su defensa central, Ricardinho aprovechó la desconcentración para marcar el 3-1… pero fue anulado por falta previa. La tensión no paraba.
Minutos después, la locura total: rojas para Torres y para Guzmán por perder la cabeza en medio del alboroto. Pachuca terminó con nueve, Juárez con diez, y el partido convertido en una batalla emocional.
Pero el marcador ya no se movió.
Juárez resistió. Juárez sufrió. Juárez ganó.
Y ahora, el premio: visitar al líder Toluca en los cuartos de final.
Una misión gigante… pero después de sobrevivir una noche como esta, en la frontera nadie se siente menos.