El equipo mexicano, el equipo tricolor y muchos más motes que glorias cumple 100 años de existencia. La Selección Mexicana está de plácemes tras cumplir su primer centenario de vida, la primera vez que el equipo mexicano piso un terreno de juego siendo representativo fue el 9 de diciembre de 1923.
Una Selección que decidió jugar exclusivamente con futbolistas mexicanos, solo que uno centenario después decidió romper con esos paradigmas. La base de aquella selección fue el América, completado por jugadores del Atlante y el Guerra y Marina, después llamado Marte.
100 años después la Selección Mexicana tiene poco que presumir, sus glorias son contadas, pero eso sí, celebradas y laureadas hasta nuestros días. Un combinado nacional que toda su vida se ha sumergido en la esperanza, en el sufrimiento, en la aungusticia, la desesperación y sobre todo la desesperación.
100 años en donde no se puede presumir trascender más allá de unos Cuartos de Final en una Copa del Mundo, en donde se vive de glorias que se generaron en nuestro suelo y no en lo que se ha hecho fuera de casa.
Un centenario en el que solamente nos ha servido para desesperarse, desilusionarse y romper el romance que alguna vez se tuvo por una selección que solamente generó ilusión, pero que nunca, o hasta el momento ha sentido orgullo por apoyarla.
Esa es la cruda realidad, de siempre estar con desasosiego, del discurso de “la siguiente será al nuestra”, pero han pasado 100 años y nunca hemos visto la nuestra, la gloria y la Selección Mexicana son dos nombres que simplemente no se pueden conjugar.
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