Durante la Copa del Mundo de Francia 1998 México se vio las caras con uno de los rivales más complicados para México, pues Alemania siempre se ha presentado como un sólido rival que se podría catalogar como superior.
En un año donde una generación dorada daba aires de esperanza con una buena participación en la Copa del Mundo, la actuación de México cambió por un preciso momento, donde Luis “Matador” Hernández tuvo una oportunidad inmejorable para cambiar la historia.
Luego de una fase de grupos complicada donde apenas se pudo rescatar el pase a los octavos de final, México conocía a su rival para la primera ronda de eliminatorias, siendo la siempre incómoda Alemania con la que se verían las caras para jugarse la vida en Francia 98.
Luego de haber anotado de manera sorpresiva el gol que ponía en ventaja a México en el marcador, el “Matador” tuvo la oportunidad de vestirse de héroe y pasar a la historia como aquel que le hubiera dado su último pase a cuartos de final a una selección mexicana.
Tras un disparo del “Cabrito” Arellano, Cuauhtémoc Blanco recibía un diamante en el área que le daba la oportunidad de buscar a Luis Hernández, algo que el “10” de la selección no dudó en hacer.
Luis Hernández no fue capaz de definir y el arquero alemán recibía en sus manos el disparo que pudo haber cambiado la historia reciente de la selección.
La oportunidad de irse arriba por dos goles se desvaneció, y en los últimos minutos los alemanes anotaron el empate.
