Jordan y el Dream Team; una mirada al mejor equipo en la historia del basquetbol

Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 no fueron el motivo principal para armar al mejor equipo en la historia del basquetbol, fue el fisco una edición anterior, Seúl 88.

Miércoles 5 de octubre, semifinal olímpica, en un Gimnasio Chamshil a rebosar, 12.000 personas, con clara mayoría de los Estados Unidos.

La duela en aquella edición tenía dueño, el equipo del Tío Sam dominaba a placer a sus rivales hasta la semifinal; paliza a España en grupos y cuartos de final sencillos contra Puerto Rico. Los claros favoritos estaban marcados. Los soviéticos caminaron por la senda opuesta; derrota ante Yugoslavia en grupos y triunfos ajustados los africanos y Brasil en cuartos de final. Una suerte casi echada.

La semifinal entre ambos se dio de manera antinatural; los soviéticos le ganaron a los estadounidenses y la medalla de oro de la URSS jamás fue bien recibida en terriotio de las barras y las estrellas. Ahí se empezó a gestar la idea del Dream Team.

Tras el fiasco de los Juegos de Seúl comenzaron las conversaciones entre David Stern, entonces comisionado de la NBA, y José Antonio Samaranch, presidente del COI, para permitir la convocatoria de jugadores profesionales en la cita olímpica tal y como propuso el entonces presidente de la FIBA Boris Stankovic.

Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Charles Barkley, Scottie Pippen, Karl Malone, Patrick Ewing, David Robinson, John Stockton y Chris Mullin se convertían en los primeros 10 integrantes de un equipo que ya es historia del baloncesto. El verdadero Dream Team al que más tarde se unirían el universitario Christian Laettner y Clyde Drexler.

Una vez convencidas todas las estrellas (Jordan fue el que más costó) el equipo comenzó la concentración en Los Ángeles donde sufrió una derrota de la que no hubo constancia hasta dos décadas después. Más tarde llegó el entrenamiento catalogado como “el mejor partido de la historia” que se disputó en Montecarlo y del que sólo queda la leyenda. Y de ahí, a Barcelona a hacer historia. En la Ciudad Condal fueron recibidos como estrellas de la música (“Éramos como los Beatles”, recuerda Ewing) y disfrutaron de todos los beneficios que ello conlleva hasta la jornada final, cuando se colgaron un metal que en el que estaba inscrito su nombre antes de empezar.

Angola (+68), Croacia (+33), Alemania (+43), Brasil (+44), España (+41), Puerto Rico (+38), Lituania (+51) y Croacia (+32) fueron las víctimas de un ‘Dream Team’ en el que estadísticamente Charles Barkley fue el mejor (18 puntos por partido). Un equipo que se fue de Barcelona cumpliendo la promesa de su entrenador, que no tuvo que pedir ningún tiempo muerto durante el torneo.

Toni Kukoc, compañero años después de Jordan en los Bulls fue un simple espectador en la final del Dream Team contra su nación, Croacia.

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