Entras al terreno de juego en una final al minuto 65 de tiempo corrido; los nervios llegan, no calentaste bien por las prisas, te apedrean el rancho por todos lados, el ritmo de partido es intenso y no logras entrar en calor, pero, varios minutos después, atajas el penal al capitán del equipo contrario que a la postre significaría el título para tu selección.
Así fue el andar para Ethan Horvath en la final de la CONCACAF Nations League el domingo pasado. El portero suplente entrando al quite y siendo el héroe para las barras y las estrellas y el nuevo villano para el Tricolor.
“El colorado” como le he apodado -tal vez por su origen en aquel estado americano famoso por sus montañas y el esquí o por su tono de piel y su cabello rojizo- dio catedra de como entrar enchufado a un partido vibrante y cerrado.
Su historia
Horvath nació y creció en Highlands Ranch, Colorado. Su padre es de Hungría por lo que también cuenta con el pasaporte hungaro. Desde temprana edad practicó futbol en Colorado, destacando a muy temprana edad en el equipo de su localidad.
Estuvo a prueba un par de semanas con el Manchester City y después dos meses con el Stoke City, sin emabrgo nada de eso fructificó.
A los 18 años pudo firmar su primer contrato profesional, esta vez fue el club noruego Molde FK quien depositó su confianza en Ethan en 2013. Siendo suplente en aquel equipo ganó una copa de Noruega en el mismo 2013 y la Liga en el 2014, sin embargo, su debut llegaría hasta el 2015, sustituyendo a Orjan Nayland y cerrando ese año redondo siendo titular en la previa de Champions League contra el Dinamo Zagreb.
Desde 2014 formaba parte de las selecciones juveniles de los Estados Unidos y para 2016 lo llamaron de manera definitiva para el nuevo proyecto de la selección mayor, colándose a la lista final de la Copa América Centenario disputada en su país.
En 2017 fichó por el Brujas de Bélgica, siendo habitual suplente del experimentando belga Simon Mignolet quién regresaba al club que lo vio nacer después de años de militar en el futbol inglés.
Suele participar con cierta regularidad en las copas locales en su club, sin embargo, el domingo en la final de la Liga de Naciones de la CONCACAF le ha dado reflectores internacionales para que le tomen más en cuenta no solo en su selección, sino también en Bélgica con su club.
Cabe destacar que la pelea por el arco estadounidense ahora luce con una competencia muy pareja pues Zack Steffen también es suplente en su club, aunque en una liga infinitamente superior a la belga, hablamos de la Premier League inglesa con el Manchester City.
