“El mal de los equipos grandes”: ¿En serio necesita el Manchester City a Jack Grealish y Harry Kane?

¿Cómo explicar un fenómeno que daña a futbolistas prodigiosos en el corto y mediano plazo pero que ya es algo cotidiano en el futbol mundial?

Lo explicaremos con una metáfora sencilla:

Juegas una partida de naipes, en el transcurso del juego te haces de buenas cartas, tan buenas que te pueden hacer ganar. Eres un jugador hábil, con la solvencia para competir contra cualquiera y en ese afán por demostrar tu poderío, pides más cartas y sin rechistar te las dan. Llega un momento en que tienes demasiadas opciones buenas para ganar, pero no puedes utilizar todas, TE HAS ENCARTADO. Al final ganas, pero desperdiciaste muy buenas opciones, tomaste cartas que sabías que no ibas a utilizar porque igual ibas a ganar y por consecuencia, echaste a perder el futuro inmediato de esas cartas. Tú, sigues siendo un poderoso jugador que gana y gana con las cartas que desee, pero las cartas que no has utilizado han arruinado su futuro por ir a tu mano.

Esta analogía es algo precaria pero refleja la realidad de los grandes clubes que fichan al por mayor, dando grandes cantidades de dinero por jugadores que tal vez no necesitan y que muy probablemente irán directamente a la banca de su equipo dejando pasar su mejor momento futbolístico.

Clubes como el Manchester City o el Paris Saint Germain con las carteras de los grandes jeques árabes detrás hacen que el mercado sufra una inevitable inflación con fichas y sueldos totalmente fuera del alcance para equipos que no gozan de los petrodolares.

Evidentemente no son los únicos culpables, ya que nadie le huye al dinero; promotores, agentes, directivos y los mismos jugadores han tomado partida en este juego llamado “futbol globalizado”. Todos quieren una tajada de los grandes contratos, de las enormes transferencias y de los “fichajes bomba”.

¿Ejemplos? Hay muchos y muy variados, la mayoría en los últimos 15 años, pero lo que hoy los trae a leer este articulo es tal vez el último ejemplo que puede darnos “EL MAL DE LOS EQUIPOS GRANDES”:

Harry Kane y Jack Grealish, ambos ofrecidos al Manchester City por cantidades abismales de dinero. El primero ronda las 150 millones de dolares, algo que en los últimos dias se ha especulado que los Citizens están dispuestos a pagar o al menos negociar, eso sí, no saldrá de los Spurs por menos de 100 millones de billetes verdes.

En cuanto a Grielish, el West Ham que es dueño de su carta, lleva poco más de un año intentando vender a su joven estrella. En ese tiempo ha sonado el Manchester United como muy interesado en los servicios del seleccionado nacional, sin embargo, esta semana se ha sabido que el odiado rival he entrado en la puja por Jack y poniendo a disposición poco más de 80 millones de dolares para llevárselo y así para evitar que el los Red Devils se refuercen bien y puedan resurgir de sus cenizas. Evidentemente el City no necesita a Grealish pero como ya es cotidiano, el dinero todo lo puede, incluso puede arruinar el futbol.

Más ejemplos a lo largo del tiempo

PSG

Empezaba la reestructura del club de la capital francesa por el 2011 y el Fondo de Inversión de Catar se hizo con el club parisino, para después invertir millones y millones en fichajes e instalaciones.

En su primer año gastaron más de 82 millones de dolares en fichajes que los sacaran de la media tabla en la Ligue 1 para también convencer al entrenador italiano Carlo Ancelotti de tomar aquel naciente proyecto.

En el transcurso de 10 años, los dirigentes parisinos han visto desfilar a un gran numero de jugadores por su club, no todos con la misma suerte o la habilidad para safarse de un proyecto que nos los necesitaba.

Javier Pastore: llegó en la temporada 2011-12 por 42 millones de euros procedente del Palermo de Italia. Coincidió con la estadía de un Zlatan en plan estelar y de un Lavezzi pedido por el mismo Ancelotti, esto hizo que comiera banca toda su estadía en Francia. Desde 2018 tuvo que refugiarse en la Roma de Italia, con sus mejores años ya lejanos y sin poder explotar lo que prometía en el Palermo a inicios de la década pasada.

Ángel Di María: El rosarino llegó procedente del Manchester United en la 2015-16 por la nada despreciable cantidad de 63 millones de euros, y entre la irregularidad y el mejor momento de otros jugadores, Di María no ha podido hacerse de la titularidad indiscutible. De hecho se bate en esa delgada línea de ser titular o un gran revulsivo. Nada cercano a la idea de ser importante para el club y su proyecto, siempre siendo fácilmente reemplazable. Sigue ahí, en el limbo futbolístico con un gran contrato pero poco futbol.

Julian Draxler: El enganche alemán pintaba para grandes cosas luego de ser catalogado como la joya alemana por sus actuaciones en el Schalke 04 y Wolfsburg. Las opciones eran bastas, equipos en España, Inglaterra e Italia se lo peleaban para que fuera la piedra angular en sus proyectos. Finalmente el PSG pagó al Wolfsburgo 38 millones de euros por su ficha y la historia no fue la misma que en Alemania; pocos minutos, opacado siempre por otras figuras en su posición y la poca efectividad en los escasos minutos que le daban.

La llegada de Neymar terminó por estacar al jugador alemán que aún en estos días encuentra cabida en el once de Pochettino y mucho menos salida para demostrar su potencial. El PSG no lo necesita, eso se dejado en claro desde su llegada en 2017.

Pablo Sarabia: Llegó desde Sevilla en la temporada 2019-20 para buscar un lugar en el medio campo francés pero lo único que encontró fue la calidez del banquillo parisino. Los 18 millones de euros fueron nada para los jeques, que imposibilitaron al español de ser la figura de equipos como el Arsenal o Tottenham y ahí demostrarle al mundo todo su potencial.

Thilo Kherer: El polivalente defensa teutón llegó al PSG por 37 millones de euros del Shalcke 04 en la 2018-19. En el conjunto francés no pudo obtener minutos de juego, a pesar de que sus condiciones dan para ponerlo en cualquier posición de la línea defensiva pero con Florenzi, Marquinhos, Kimpembe, Bakker e incluso el juvenil Colin Dagba por delante está claro que el PSG no lo necesita o nunca lo ha necesitado.

Kherer es un talento desperdiciado en la banca parisina y lo peor es que aún no ve la luz para pedir su salida para emigrar a un club que lo valore o al menos lo necesite.

Manchester City

El camino del Manchester City a la grandeza a sido a punta de billetazos, muchos de ellos mal gastados y sin la menor idea de a donde van a parar esos jugadores desperdiciados con un futuro brillante ye lejano.

En 2008 el jeque Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahayan de los Emiratos Arabes Unidos compró al club por 250 millones de euros e invirtió otros 172 millones en fichajes e infraestructura.

Wilfred Bony: El delantero marfileño llegó procedente del Swansea City por 32 millones de euros en la 2014-15. Un delantero lento pero efectivo, aunque eso no servía para el City, que con Agüero y Dzeko tenían todo. Bony tuvo que ir a la banca y luego a prestamo. Su carrera acabó más rápido de lo que brilló.

Eliaquim Mangala: El defensor francés proveniente del Porto aterrizó por 43 millones de euros. Tenía un brillante futuro por delante, porte físico, técnica buena y mentalidad. En la 2014-15 llegó al City para después ir a préstamo al Everton, regresar al City y finalmente terminar en el Valencia desde hace un año, intentando recuperar su nivel pero ya no de promesa mundial.

Nathan Aké: El holandés se proclamó el defensor más caro de la campaña pasada al pagar el City 45 millones de euros al Bournemouth ahora descendido a la segunda división inglesa. Aké se ha topado con los inamovibles John Stones y Ruben Dias, estando incluso por detrás de Otamendi. Pudo ser titular en cualquier equipo del mundo, sólo que eligió mal su destino ya que los años pasan y en la banca mucho más lento.

Bernardo Silva: 50 millones de euros pagó el Manchester City por Bernardo Silva a ese Mónaco de Leonardo Jardim que llegó a semifinales de Champions en el 2017. Los grandes clubes se peleaban para que Silva cubriera su banda derecha pero el portugués decidió ir a la Premier League y gozar de mucha irregularidad en el City.

Pep no tiene claro si es titular o suplente, esto ha mermado su calidad al mostrarse intermitente y nada letal en los momentos importantes. Un club con menos millones le hubiera venido mejor a su tremendo potencial por aquella banda derecha en ataque.

Hoy ha sido diagnosticado mas no curado EL MAL DE LOS EQUIPOS GRANDES

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