El Apertura 2025 regresa con fuerza tras la Fecha FIFA de octubre y lo hace con uno de los partidos más esperados del torneo: el Clásico Joven entre Cruz Azul y América, correspondiente a la Jornada 13. Este encuentro, programado para el sábado 18 de octubre a las 21:00 horas en el Estadio Olímpico Universitario, marcará un momento especial en la carrera de Nicolás Larcamón, quien dirigirá por primera vez este clásico, uno de los más emblemáticos del futbol mexicano.
Con apenas 41 años, el técnico argentino acumula ya una década de experiencia en los banquillos, con pasos por diversos clubes en México como Puebla, León y Necaxa, antes de llegar a Cruz Azul. A lo largo de su trayectoria, Larcamón se ha enfrentado en múltiples ocasiones al América, principalmente bajo el mando de André Jardine, aunque los resultados no siempre le han sido favorables. Pese a ello, el estratega ha mostrado personalidad y una propuesta ofensiva que lo han consolidado como uno de los entrenadores más prometedores del balompié nacional.
Durante la conferencia previa al encuentro, Larcamón fue cuestionado sobre su historial ante los azulcremas, donde el argentino no dudó en recordar la vez que logró vencer al América durante su etapa con Necaxa, en el torneo Clausura 2025, en un partido disputado el 14 de febrero en el Estadio Ciudad de los Deportes.
Aquel encuentro terminó 3-2 a favor de los Rayos, en un vibrante duelo donde los goles hidrocálidos fueron obra de José Paradela, Díber Cambindo y Kevin Rosero, mientras que Álvaro Fidalgo marcó un doblete para las Águilas. Aquella victoria, además de significativa por el rival, marcó un punto importante en la carrera de Larcamón, demostrando su capacidad para competir ante los equipos más poderosos del país, incluso con planteles de menor presupuesto.
Ahora, el escenario es distinto. Cruz Azul llega al clásico con la presión de sumar tres puntos para mantenerse en la pelea por los primeros lugares, mientras que el América busca consolidarse como líder del torneo. Larcamón sabe que este duelo tiene un peso especial, no solo por la rivalidad, sino porque podría ser el impulso que confirme el crecimiento de su proyecto al frente de La Máquina. Un triunfo ante el acérrimo rival sería la confirmación de que el argentino está listo para escribir su propia historia en la institución celeste.
