Con una joven trayectoria forjada en las inferiores de algunos de los clubes más importantes del mundo y perteneciente a las fuerzas básicas del Al-Nassr, club donde milita su padre, Cristiano Ronaldo, el hijo mayor del delantero portugués ha dejado destellos de su calidad. Su instinto goleador, esa garra competitiva que parece llevar en los genes y, por supuesto, el peso de un apellido histórico, no han pasado inadvertidos para los seleccionadores lusos, que han decidido darle su primer llamado internacional con la escuadra de Portugal Sub-15.
Esta convocatoria representa la posible continuidad de una dinastía que ha marcado una época en el futbol mundial. La ilusión en Portugal es palpable: ver al hijo de Cristiano Ronaldo vestir la camiseta nacional evoca recuerdos imborrables y siembra la esperanza de un futuro brillante, aunque habrá que mantener las expectativas al margen, pues la carrera de su padre es de absoluta leyenda.
Sin embargo, el camino no será sencillo. La sombra de su padre lo seguirá siempre, para bien y para mal, y las comparaciones serán inevitables. La presión mediática estará a la orden del día. Pero si algo ha caracterizado a la familia Ronaldo es una mentalidad de acero y una ambición desmedida.
Los primeros partidos de Cris Jr. con Portugal se darán en el marco del torneo internacional Vlatko Markovic, en Croacia, que se jugará entre el 13 y 18 de mayo próximo. La selección portuguesa debutará en dicho certamen ante Japón y después se medirá a Grecia e Inglaterra.
