El peor ciego es el que no quiere ver, tal parecía que el torneo pasado Chivas nos malacostumbró a que era obligatorio verlo en los primeros lugares, sin embargo, la presente temporada nos ha demostrado que lo de Chivas solamente fue un golpe de suerte.
Los astros se alinearon y ni así fueron capaz de levantar la copa, que dicho sea de paso que daño les hubiera hecho lograr el título. La realidad es que hay una crisis importante en el Guadalajara, después de haber empezado de buena forma el torneo poco a poco se está cayendo la mentira.
En el futbol se gana y se pierde, lo que diferencia es la forma, Chivas ha dejado mucho que desear y las culpas son compartidas, debido a que tanto el entrenador es culpable por hacer movimientos que no funcionan, poner a jugadores que no rinden.
Por otro lado, jugadores que no están en su mejor forma, que un juego lo dan de manera decente y al siguiente parece que nunca han jugado en primera división. Apapachar al Guadalajara le hace daño, porque nunca hay una autocritica de que el equipo está mal, de que no tiene fondo ni forma.
Aquí, como en otros lados del futbol, no solamente va a servir si se cambia al entrenador, los jugadores son apáticos, mediocres y demás, porque no son capaces de mostrar su nivel, de seguir por esa línea que los llevó a la final.
Hoy parece que el Guadalajara sigue sumergido en esa crisis que entró desde hace seis años y que la final del torneo pasado fue obra de la casualidad. Sí Chivas presume ser grande que se le exija como tal.
