Señor Lionel Andrés Messi Cuccittini, le escribo con la premisa de hacerle ver su realidad; espero que estás líneas le dejen claro cual ha sido la consecuencia de que usted incursione en el futbol profesional desde hace 17 años.
Señor Lionel, usted no le debe nada al Barcelonismo, usted no está en deuda con Cataluña, usted ha pagado con creces, títulos, mágia, futbol a raz de césped, sudor, lagrimas y sangre cada euro gastado en su sueldo.
Señor Messi, le hablo de usted con estas palabras porque en los últimos 15 años ha dignificado el regate, el drible, los tiros libres, la gambeta y el heroísmo a niveles insospechados. La casaca número 10 jamás estuvo en mejores manos (o debo decir piernas) que con un hombre oriundo de Rosario, Argentina y 1.70 m de estatura.
La frase de Napoleón de que la altura se mide de la cabeza al cielo jamás caló tanto en un recinto como en el Camp Nou, el estadio más grande de Europa (99 mil asientos). Un nicho apto para su futbol y pasión.
Usted es la historia hecha mito, usted trascenderá la barrera del tiempo, usted copará la memoria colectiva del rectángulo verde, usted verá pasar los años en una de las dos sillas del olimpo reservadas en la última época del futbol (la otra le pertenece a Cristiano Ronaldo), usted perpetuará el idealismo del jugador técnico, usted pasará a los libros de historia como el eterno 10 que brilló a pesar del convulso futbol en el que vivió.
Señor Messi, no pretendo trazar el mismo camino de la adulación por mero fanatismo, pretendo darle a esta carta la retrospectiva que usted merece, pretendo que estas líneas retumben en cada uno de los aficionados al buen futbol, pretendo que acaricien la historia que usted ha hecho como yo acaricio las teclas y mis memorias para escribirle con completa honestidad.
Señor Andrés, se despide un antagonista del equipo que usted solía defender a muerte, se despide un fuerte opositor a los tantos que marcó como rival, pero también se despide un hombre que con juicio sano ha sabdio reconocer la grandeza que le ha dado a la pelota.
Le hago una reverencia en el tiempo, un pase filtrado al futuro que evidentemente luce prometedor.
Hoy su futuro languidece en Barcelona pero se ilumina a lado de la Torre Eiffel.
Usted señor Lionel Andrés Messi Cuccittini es un futbolista digno de la memoria a largo plazo.
