Cruz Azul volvió a demostrar su capacidad para competir en los momentos clave tras eliminar a Chivas y avanzar a las semifinales del futbol mexicano. Aunque el duelo ante el Rebaño estuvo lleno de complicaciones y episodios de fortuna, La Máquina reafirmó una tendencia que ha marcado sus últimos torneos: ser un equipo acostumbrado a las Liguillas y protagonista constante en las fases finales. Sin embargo, también arrastra una deuda pendiente, pues las semifinales han sido históricamente un obstáculo difícil de superar.
Durante la gestión de Iván Alonso como director deportivo, Cruz Azul ha logrado instalarse en cuatro semifinales consecutivas: Clausura 2024, Apertura 2024, Clausura 2025 y ahora en el Apertura 2025. A pesar de esta notable regularidad, el equipo celeste solo ha conseguido avanzar a la final en una de esas ocasiones, con las Águilas del América convirtiéndose en sus verdugos en las dos oportunidades previas. Con América eliminado en la presente campaña, la afición cementera ve una oportunidad inmejorable para dejar atrás los fantasmas recientes y volver a pelear por el título.
La última vez que Cruz Azul levantó la Liga MX fue en el Guardianes 2021, cuando derrotó a Santos Laguna en una final histórica. Ahora, bajo las órdenes de Nicolás Larcamón, el conjunto cementero enfrenta un cierre de año exigente: además de la semifinal ante Tigres, viajará a Qatar para disputar la Copa Intercontinental 2025, torneo que se desarrollará en sedes como El Cairo, Yeda y Rayán. El debut de La Máquina será ante Flamengo en el llamado “Derbi de las Américas”, programado para el miércoles 10 de diciembre en el Estadio Áhmad Bin Ali.
Mientras tanto, en el torneo local, Cruz Azul prepara su serie semifinal frente a los Tigres de la UANL. El partido de ida se jugará este miércoles en el Estadio Olímpico Universitario, mientras que la vuelta está programada para el sábado 6 de diciembre en el Estadio Universitario. Con dos competencias en simultáneo y una fuerte exigencia física y mental, el reto para los de La Noria es claro: sostener su buen momento, romper su mala racha en semifinales y demostrar que la constancia de la era Iván Alonso puede finalmente traducirse en títulos.
