En el último año y medio, Cruz Azul ha invertido 18.95 millones de dólares en dos fichajes que no han rendido como se esperaba: Gabriel “Toro” Fernández y Giorgos Giakoumakis. Ambos delanteros llegaron con la misión de ser los goleadores del equipo, pero tras una etapa marcada por lesiones y bajo rendimiento, la directiva cementera busca darles salida para liberar plazas de No Formados en México (NFM) y reforzarse de cara al Apertura 2025 y la Copa Intercontinental.
Gabriel Fernández fue el primer fichaje de Iván Alonso como director deportivo, por quien se pagaron 9.25 millones de dólares a Pumas. Sin embargo, en su sexto partido con La Máquina, sufrió una ruptura de ligamento cruzado que lo alejó ocho meses de las canchas. Aunque regresó y tuvo actividad en el Clausura 2025, una nueva lesión lo dejó fuera en la parte final del torneo y de la Concacaf Champions Cup. En total, jugó 35 partidos, marcó nueve goles y dio dos asistencias.
Por su parte, Giakoumakis llegó procedente del Atlanta United por 9.7 millones de dólares tras la final perdida ante América en el Clausura 2024. En su primer torneo mostró buenas condiciones con siete goles, pero en el Clausura 2025 perdió protagonismo ante Ángel Sepúlveda, terminando con apenas dos anotaciones. En total, el griego disputó 40 partidos con Cruz Azul, marcando nueve goles y dando ocho asistencias.
Entre ambos delanteros sumaron 18 goles, lo que implica que cada anotación le costó al club 1.05 millones de dólares. Esta baja productividad y el alto costo de inversión han sido factores clave para que la directiva encabezada por Alonso haya decidido darles salida este verano.
La intención del club es liberar espacio para inscribir a nuevos refuerzos extranjeros, entre ellos el argentino José Paradela y el serbio Luka Jovic, quienes han sido vinculados fuertemente con el equipo. Con la llegada de Nicolás Larcamón al banquillo, Cruz Azul busca una renovación en el ataque y un mejor rendimiento de cara al objetivo de conseguir su décima estrella.
