La relación entre Charles Leclerc y Ferrari atraviesa una etapa complicada tras las recientes declaraciones del piloto sobre el SF-25, el monoplaza con el que compite esta temporada. Diversos reportes afirman que sus comentarios críticos sobre el rendimiento del coche, junto con los mensajes airados que expresó por radio en los Grandes Premios de Hungría y Singapur, provocaron incomodidad dentro del equipo italiano, que esperaba resultados más consistentes en una campaña marcada por la frustración.
El gran problema
En el Gran Premio de Hungría, Leclerc arrancó desde la pole y dominó buena parte de la carrera, pero un fallo técnico lo dejó fuera del podio, terminando cuarto. Su enojo fue evidente al afirmar por radio que el auto había perdido toda competitividad. Tras la competencia, el monegasco atribuyó el problema al chasis, contradiciendo la explicación del director del equipo, Frédéric Vasseur, quien señaló una falla en la presión de los neumáticos.
El descontento creció en Singapur, donde Leclerc solo pudo finalizar sexto y declaró no ver progreso alguno en el coche. Su representante, Nicolas Todt, reforzó el mensaje al señalar que el piloto necesita «un auto capaz de ganar”. Estas declaraciones habrían causado malestar interno en Ferrari, ya que algunos miembros del equipo consideran que las críticas debieron manejarse de forma privada.
Panorama incierto
Aunque Ferrari no ha emitido sanciones ni comunicados oficiales, las tensiones entre Leclerc y la dirección técnica son evidentes. A esto se suman rumores sobre un posible cambio de equipo para 2027, ante el interés de escuderías como Mercedes y Aston Martin. Con solo seis carreras por disputar y sin mejoras significativas previstas para el SF-25, Ferrari apuesta a los cambios del reglamento técnico de 2026 como su mejor oportunidad para recuperar competitividad y estabilidad interna.
A strong drive by both our boys but we fall short in Singapore 🇸🇬 pic.twitter.com/TtUpA4O8bL
— Scuderia Ferrari HP (@ScuderiaFerrari) October 5, 2025
