Cuadrado: Poco dúctil, sin afán de buscar alternativas, con deseo de morirse con la suya o en pocas palabras, necio.
La frase anterior es con la que hoy podemos describir la gestión de Gerardo Martino, seleccionador nacional de México, en el partido de visita contra Jamaica. Si bien los jugadores contribuyeron a que el barco tricolor se tambaleara a orillas de Kingston, la respuesta del “Tata” fue ineficaz con los cambios y aún más con el parado táctico.
De inicio se guardó a “Tecatito” Corona, y en su lugar mandó a un siempre irregular Uriel Antuna, algo que le pasó factura cuando el jugador de Cruz Azul no supo ser punzante incluso contra un equipo que jugaba con 10 hombres.
El gol al minuto 50 de lo jamaiquinos fue la gota que derramó un vaso lleno hasta la copa por un 2021 desastroso. El futbol caribeño aprovechó este jueves lo que ha lastimado al Tri desde hace décadas; la concentración y en balón parado. Un rebote y adentro, que Ochoa no puede sacar lo imposible.
Herrera no fue, Guardado tampoco y mucho menos Funes Mori, no pusieron la experiencia por la que todavía conservan su lugar en el seleccionado nacional. Faltos de ritmo, de confianza e incluso de toque de balón. Martino los pone y ellos se olvidan en el campo.
Cuando los jugadores no tienen respuestas, el banquillo se vuelve el eslabón importante, pero esta noche en el Independence Park Stadium de la isla caribeña, el “Tata” decidió hacer los cambios de posición por posición, sin salirse de su rígido 4-3-3 y prescindiendo de un segundo punta que hubiera sido un verdadero problema para el rival.
Si existen los partidos donde los jugadores le abren la puerta a su técnico para que tome sus maletas, también hay encuentros en los que los buenos futbolistas le salvan el empleo a su entrenador con buenas actuaciones y goles de poder. Hoy fue el caso de Alexis Vega, quien llegó decidido a conquistar Kingston y lo logró.
