En el argot del futbol americano hay un dicho que reza “Las ofensivas ganan partidos, pero las defensivas ganan campeonatos”; y es por eso que una de las claves para el Super Bowl LVII será cuál de los dos equipos logra dominar el costado defensivo.
Numéricamente hablando es claro, Philadelphia tiene mejor defensa que Kansas City. Los Eagles impusieron la tercera mejor marca de sacks (capturas al quarterback) en la historia de la NFL, con 70 en la temporada regular.
En ese sentido, cuatro jugadores de Philadelphia terminaron la temporada regular con al menos 10 sacks —otra marca en la historia de la liga—; liderados en ese aspecto por el linebacker Haason Reddick, quien terminó la campaña con 16.
Además, el entrenador de running backs de Philadelphia, Jemal Singleton, afirmó que una de sus tácticas para frenar el poderío ofensivo de los Chiefs es jugar un partido físico que vaya mermando a sus rivales.
“ESPERAMOS CONECTAR SUFICIENTES GOLPES AL CUERPO EN EL PRIMER Y SEGUNDO CUARTO PARA QUE CUANDO LLEGUEN EL TERCERO Y EL CUARTO, TODOS ESOS GOLPES SE SIENTAN MÁS FUERTE Y COMIENCEN A DIEZMAR UN POCO A TU OPONENTE”
¿PROBLEMAS PARA KANSAS?
Ante estas estadísticas, los Chiefs de Kansas City deberán emplearse a fondo en el costado ofensivo, pues si bien es cierto que su defensa no es la peor de la liga, tampoco es un aspecto que se destaque como una de sus principales fortalezas.
El partido del próximo domingo 12 de febrero presentará un gran reto en ese sentido para los Chiefs, pues enfrentarán al equipo con la mejor ofensiva terrestre de toda la NFL.
Ahora bien, pese a no ser los favoritos para ganar el Súper Tazón, la ventaja que puede tener el equipo de Patrick Mahomes es la experiencia, pues gran parte del plantel que conforma a los Chiefs ya sabe lo que es jugar y ganar un encuentro de estas magnitudes.