México vs Uruguay: tensión, polémica y un Tri que sigue sin ganar
La Selección Mexicana empató 0-0 ante Uruguay en Torreón en un amistoso que tuvo de todo menos calma. Fue un partido intenso, físico, emocional y con un ambiente que nunca terminó de favorecer al equipo del ‘Vasco’ Javier Aguirre, que ya suma cinco partidos consecutivos sin ganar. El resultado queda congelado, pero las sensaciones —otra vez— dejan dudas.
Un Tri dominante… sin gol
México inició con una versión agresiva y ordenada: presión alta, recuperación inmediata y ataques que llegaban por ambos costados. El equipo se adueñó de la posesión, asfixió a Uruguay en salida y generó las primeras oportunidades claras del partido, como el mano a mano que Raúl Jiménez tardó en definir o el remate desviado de Marcel tras un centro alto.
Sin embargo, conforme avanzó el primer tiempo, el dominio mexicano se empezó a diluir. Uruguay ajustó, emparejó la posesión y se paró más alto. Ahí el encuentro cambió de ritmo: se volvió trabado, cortado, de duelos individuales y disputas constantes en el mediocampo.
El golpe más duro de la noche
La jugada que marcó el partido llegó al minuto 44.
Hirving ‘Chucky’ Lozano sintió un tirón en la parte posterior del muslo durante un sprint y pidió el cambio de inmediato.
Su salida encendió las alarmas, no solo en la Selección, sino también en San Diego FC, que podría perderlo a menos de dos semanas de las semifinales de conferencia. Entró Gilberto Mora, pero el golpe emocional se sintió en el TSM.
Un ambiente adverso desde el inicio
Si algo quedó claro desde los primeros minutos fue el descontento de la afición con la elección de Javier Aguirre en la portería.
‘Tala’ Rangel fue abucheado cada vez que tocó el balón, una reacción inusual pero constante durante todo el partido. El público pedía a Carlos Acevedo, su ídolo local, y nunca lo ocultó.
A pesar de esa presión, Rangel respondió cuando fue exigido, destacando una atajada clave ante Facundo Torres en el segundo tiempo. Pero el clima en la tribuna lo acompañó toda la noche.
Un segundo tiempo más caliente que claro
La segunda mitad fue menos futbolística y más emocional. México mantuvo la iniciativa, pero Uruguay endureció el encuentro. Hubo choques fuertes, reclamos al árbitro y discusiones constantes entre jugadores.
El partido subió de temperatura con entradas al límite, empujones, jalones y protestas que interrumpieron el ritmo una y otra vez.
México tuvo aproximaciones peligrosas —especialmente con Mora, que entró con determinación—, pero nunca consiguió romper a una Uruguay ordenada y cómoda en su rol defensivo. Del otro lado, los charrúas encontraron espacios en transición, aunque tampoco lograron exigir al máximo al guardameta mexicano.
Termina nuestro partido ante Uruguay con empate y continuamos la preparación de cara al 2026.
— Selección Nacional (@miseleccionmx) November 16, 2025
¡Gracias por todo, Torreón!👏#SomosMéxico 🇲🇽 @ATTMx
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Un final que ardió más que el juego mismo
Los últimos minutos fueron un resumen del partido: tensión pura.
Empujones entre centrales, reclamos por un posible penal sobre Maxi Araujo y una jugada en la que Varela jaló del cuello a Orbelín Pineda, terminando amonestado. Un cierre caótico que reflejó la intensidad con la que ambas selecciones jugaron este amistoso.
Conclusión
México mostró más voluntad que precisión, más esfuerzo que claridad y más dominio que profundidad. Uruguay compitió, incomodó y cerró todos los caminos.
El 0-0 deja la sensación de que el Tri avanza… pero no lo suficiente. La lesión de Lozano preocupa, la racha sin victoria pesa y el ambiente en Torreón dejó claro que el margen de error se achica.
Un amistoso que dijo mucho, pero no resolvió nada.