El partido del jueves contra los Minnesota Timberwolves ya parecía muy difícil para Los Angeles Lakers. Los Lakers llegaron con una racha de tres derrotas consecutivas.
Además, en Minnesota se enfrentaban al equipo con mejor récord de la Conferencia Oeste y mejor rating defensivo de la NBA.
Sin embargo, las posibilidades de ganar para los Lakers se disminuyeron aún más cuando se anunció que LeBron James no jugaría debido a lo que se denominó tendinitis de tobillo.
De alguna manera, los Lakers lograron competir bien; comenzaron con fuerza, ya que establecieron una ventaja de 12-5, pero esa ventaja se evaporó rápidamente debido a una serie de pérdidas de balón, así como contraataques rápidos y triples de sus oponentes.
Sin embargo, a diferencia de los juegos recientes, Lakers pudo obstaculizar la carrera de Minnesota y mantenerse dentro de dos posesiones durante gran parte del segundo cuarto, y estaba perdiendo por solo cuatro puntos en el medio tiempo, así como al final del tercer cuarto. Pero al final, simplemente no tenía suficiente potencia de fuego o músculo, y cayó ante los Timberwolves, 118-111.
Con este resultado, los Lakers ahora tienen marca de 15-14 y, como resultado, han caído al décimo lugar en la Conferencia Oeste. Si la temporada regular terminara hoy, tendrían que ganar partidos consecutivos del torneo como visitante solo para llegar a los playoffs.
