Real Madrid y París Saint Germain han demostrado la diferencia entre ser y parecer. El cuadro Merengue con una remontada espectacular deja claro por qué es el equipo más grande de Europa, por qué nunca hay que darlo por derrotado.
Mientras que el PSG ha dejado claro que el dinero no es todo, y que por muchos millones de euros que se derroche en la mesa, a veces existen estas barreras que te impiden trascender para llegar a la cúpula del futbol.
El cuadro Merengue es el claro ejemplo de Ser, ser el más grande, el que nunca se da por vencido y el que con poco te podrá derrotar.
Los parisinos demuestran parecer, ser uno de los más grandes no sirve de nada si no estas en el campo y eres superior a tu rival, si no cierras las eliminatorias cuando tienes todo a favor, no escudarse en una falta cuando estuviste siendo dominante en todo el juego.
Quizá Real Madrid no invierte cantidades estratosféricas, pero demuestra su superioridad en los momentos claves, como en Champions League.
Por su parte, París Saint Germain parece ese niño que junta su álbum y quiere las estampitas más codiciadas para que sus amigos se sorprendan que tiene las ‘difíciles’. El PSG quiere demostrar que con todo el poderío de los petrodólares podrá trascender, pero se convierte en el ‘ya merito’.
Un equipo es, el otro quiere ser, pero no logra ser. Uno a lo largo de 60 años ha logrado 13 copas de Europa, el otro comenzó a dar de qué hablar desde hace 10 años. Un equipo que de nada le sirve ganar el torneo local, su máxima obligación es ganar la Champions League.
Y ya lo dijo una vez el Míster José Antonio Roca, Los enanos nunca crecen, así mismo le pasa al París Saint Germain un equipo pequeño en Europa que no se ve que pueda evolucionar y sentarse en esa mesa que la ve cerca pero a su vez muy lejos.