Este jueves el «Great One» (el más grande) Wayne Gretzky anunció en sus redes sociales la pérdida de su padre a los 82 años de edad, a causa del Parkinson.
“Es con profunda tristeza que Janet y yo compartimos la noticia del fallecimiento de mi padre. Luchó valientemente contra el Parkinson y otros problemas de salud en los últimos años, pero nunca dejó que eso lo desanimara. Para mí, él fue la razón por la que me enamoré del juego de hockey. Me inspiró a ser lo mejor que podía ser no solo en el juego de hockey, sino en la vida.» escribió el máximo referente del deporte congelado.
Walter Gretzky es estimado en el mundo del hockey, ya que siempre mantuvo la humildad como principio en la educación de sus hijos, tanto de niños, como profesionales. Pero fue la devoción a su familia lo que conquistó a la fanaticada canadiense.
Los padres de Walter eran inmigrantes, de madre polaca y padre ruso, que compró una granja de verduras en 1932 en Canning, Ontario, por $600 dólares. Fue ahí mismo, en las afueras de Brantford, en el río Nith, donde Wayne aprendió a patinar cuando tenía tan solo dos años.
Walter jugó hockey amateur en su natal Ontario, luego junior B durante cuatro años en Woodstock. Después pasó a jugar hockey senior, pero admitió que su nivel no era lo suficientemente bueno para jugar profesionalmente.
Tiempo después de colgar los patines, Walter conoció a Phyllis, su futura esposa, en un asado en la granja familiar. Ella tenía 15 años en ese momento. Tres años después, se casaron y tuvieron a su primer bebé, Wayne en 1961. Posteriormente llegaron sus hermanos Kim, Keith, Glen y Brent. Keith y Brent también jugaron a nivel profesional.
Cuando Wayne tenía cuatro años, su padre transformó el patio trasero de su casa en una pista de patinaje que el joven Wayne llamaba The Wally Coliseum. Walter decidió hacer su propia pista para evitar tener que congelarse parado al aire libre cerca del hielo del parque o sentarse en su automóvil con el motor en marcha para calentarse, mientras Wayne patinaba.
La limpia oratoria que Walter mantenía, hacía que los grupos que organizaban cenas de premios deportivos acudieran a él con frecuencia. Además, trabajó incansablemente como portavoz nacional de la Heart and Stroke Foundation of Canada y fue nombrado miembro de la Orden de Canadá en 2007.
Para los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010, Walter llevó la antorcha olímpica el último tramo del relevo en, el período previo a la ceremonia de apertura, donde Wayne encendió la llama inauguradora de los juegos.
