En México… la pelota si se mancha

Son 27 personas heridas, 1 de ellas de gravedad en los hospitales queretanos. Ese fue el saldo que dejó la trifulca en el Estadio de La Corregidora entre las barras de los Gallos Blancos y el Atlas.

La histórica frase de Diego Armando Maradona en el ya lejano 2001 que rezaba: “La pelota no se mancha”, hoy queda tan obsoleta si de futbol mexicano hablamos. Las desgarradoras imágenes del sábado 5 de marzo del 2022 en la cancha del Querétaro donde familias completas, medios de comunicación y jugadores, corrían para salvaguardarse de la batalla campal que se desarrollaba en todos los frentes es y será el reflejo de un parte de la realidad en el balompié mexicano.

La segunda parte de esta realidad es la reacción de la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX; Gallos Blancos perderá el juego 3-0 contra Atlas; 1 año jugando a puerta cerrada para Querétaro; 5 años de veto para la actual directiva; sanción económica de 1.5 millones de pesos; barra de Gallos vetada 3 años como local y 1 año como visitante; venta de la franquicia antes del 2022 y los más grave, seguir llamando “Grupos de animación” a las barras bravas del futbol mexicano.

Lo tibio de la sanción por parte de la FemexFut tendría que preocupar a cada parte que integra el deporte en México; medios de comunicación, afición e incluso autoridades gubernamentales que tengan injerencia en el profesionalismo. Eso aunado a lo grave de la situación que dicta la historia del futbol mexicano: con batallas campales entre barras cada 3 o 4 años, balazos en los estadios como en el 2011 en Torreón, una liga sin descenso ni ascenso, la selección mexicana manejada por patrocinadores, demasiados extranjeros y pocos jóvenes mexicanos y por obviedad, el dinero mandando antes que lo deportivo.

La etiqueta de intocable ya no sólo se limita a promotores de jugadores o a directivos que mueven los hilos desde lo oscuro en la alta cúpula de los federativos en México (mensaje directo a Santos y Atlas), ahora se nota que este límite se extiende a las barras, que a pesar de tener cuantiosas carpetas abiertas por violencia en los estadios mexicanos, siguen teniendo un lugar privilegiado en las gradas del futbol azteca.

La otra cara de la moneda no se gesta lejos de territorio nacional, se hace al norte del continente con la MLS dando pasos enormes hacia el primer mundo futbolístico. Ahí, en el joven futbol estadounidense, el Charlotte FC hizo su debut como local ese mismo sábado de tintes oscuros en la Liga MX. Dicha franquicia llenó su estadio con más de 74 mil aficionados, muchos de ellos de familias enteras y con edades que iban desde los 3 hasta los 60 años de edad.

Lo lapidario será que la MLS aún no supera a la Liga MX en futbol, pero sí en desarrollo de fuerzas básicas, infraestructura deportiva, espectáculo y por supuesto, medidas de seguridad y ambiente familiar en los estadios de futbol.

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