
El Fuego Olímpico de París 2024 no está donde crees
A unos metros del Museo Louvre, multitudes de gente se congregan cuando cae el sol en el Jardín de Tullerías para observar cómo el majestuoso globo aerostático, que porta el pebetero, asciende 60 metros.
En el Distrito I de París, se sintetiza en un solo lugar la mezcla entre la cultura y el espíritu olímpico.
Lo que casi nadie sabe es que esa candente nube que ilumina la esfera no contiene el fuego ancestral de Olimpia.
Y es que, de hecho, la llama olímpica, no es precisamente de fuego real. Es una enorme masa compuesta por 40 focos LED y 200 boquillas de nebulización que se eleva cada noche para brillar en la oscuridad de este enigmático jardín, con el objetivo de reducir los contaminantes que suelen provocar las antorchas que históricamente requerían mantener la combustión. En pocas palabras, este fuego es pura ilusión óptica.
Pero entonces, ¿dónde está el fuego olímpico original? En una esquina del jardín, justo a un costado del pebetero, en una caja de cristal sobre un soporte blanco, cual vitrina de museo, contiene una especie de quinqué con la leyenda inscrita: “Encendida en Olimpia con los rayos del sol”. Ahí está contenida la llama de los Dioses del Olimpo.

La pequeña antorcha no es tan admirada como el enorme pebetero, pero esta modesta llama mantiene viva la tradición milenaria, uniendo el pasado con el presente mediante esta diminuta llama.
