Dudoso profesionalismo
Aaron Ramsey, el renombrado jugador galés de los Pumas de la Universidad, lamentablemente perdió a su perrita de raza beagle. Por lo que él mismo ha manifestado, el apego y el cariño de la familia Ramsey a su mascota eran enormes. La perrita fue vista por última vez en San Miguel de Allende.
Aaron inició la labor de búsqueda y ofreció una atractiva recompensa. Es una vergüenza que la inseguridad galopante en México afecte también a ciudadanos extranjeros, en este caso, un futbolista.
La desaparición de Halo coincidió con la fecha FIFA y una lesión muscular, pero entre una cosa y otra, el jugador se ausentó tres semanas de las instalaciones de La Cantera en pleno torneo de liga.

Sin dejar de ser empático con la triste situación de Ramsey y consciente del vínculo estrecho que surge entre humanos y mascotas, resulta inaceptable dejar botado el trabajo más de 20 días, lo que refleja falta de profesionalismo y compromiso del susodicho futbolista. Y si se encontraba lesionado, tenía que haber realizado su rehabilitación en las instalaciones del club que lo contrató, bajo la supervisión médica del conjunto universitario.
La presencia de Ramsey en México había empezado mal. ¿En qué cabeza cabe contratar a un jugador que se sabía que estaba lesionado? Así, lesionado, llegó a México, y su presentación con los Pumas se dio hasta la jornada número seis, es decir, cuando ya se cubría el primer tercio de la campaña.
Pumas va de error en error. A la colección de pifias le sumamos el innecesario fichaje de Dani Alves. La institución auriazul tuvo que empeñar hasta la camisa y recurrir a los patrocinadores para pagar el elevado sueldo de un jugador en plena decadencia, que acabó yéndose por la puerta de atrás, acusado de abuso sexual, delito por el que estuvo un tiempo encarcelado.

Menos mal que, en septiembre pasado, el TAS determinó que el brasileño tiene que pagar una elevada suma de dinero para indemnizar a los universitarios.