Es evidente que Gerardo Martino está contando los días y las horas para deslindarse el equipo mexicano, quizá para siempre, espera el último juego que disputen en la Copa del mundo para por fin dejar de dirigir a la selección, quitarse una loza muy pesada.
Tata tiene claro dos cosas, que terminando el mundial deja de ser entrenador del equipo mexicano, segunda que está harto de seguir lidiando con todo lo que tenga que ver con el seleccionado mexicano.
Martino no está cómodo siendo seleccionador mexicano, pero esto ya rebasa muchas cosas, no es un tipo querido, sinceramente es un entrenador que al principio mostró ilusión, pero con el paso del tiempo ha desvanecido.
La arrogancia que mostró felicitando a un periodista nos muestra el hartazgo que vive, no está en condiciones para ser empático, el decir que le hicieron una pregunta que hace 4 años no le hacían da a notar que le vale todo, que lo único que quiere es irse.
Por tal motivo, los ratones deben de cerrar su participación en la Copa del mundo, a como de lugar y después que el señor regrese a su país, siguiendo la bandera de puedo jugar diferente, pero fracaso en todos los equipos en los que estoy.
Es una burla para todos, él dijo que era el enemigo número uno, no solo está en la silla más caliente de México, en donde es visto con lupa, pero si no simpatiza con los demás, mejor que dirija Qatar y se vaya.