Las Águilas de Filadelfia se coronaron campeonas en el Caesars Superdome al vencer 40-22 a los Kansas City Chiefs, logrando uno de los marcadores más abultados en la historia del Super Bowl. Además, se resolvió una de las mayores incógnitas de cada edición: el color del Gatorade.
Faltando 2:52 minutos para finalizar el partido, los jugadores de las Águilas, A.J. Brown y DeVonta Smith, se acercaron sigilosamente hacia el entrenador Nick Sirianni para realizar el tradicional baño con la bebida energética «Gatorade», que en esta edición de 2025 fue de color amarillo.

Esta tradición surgió en 1985, cuando Jim Burt, jugador de los Gigantes de Nueva York, celebró eufóricamente la victoria sobre los Pieles Rojas de Washington al volcar un garrafón de Gatorade sobre su entrenador, Bill Parcells. Desde ese momento, el «Gatorade Dunk» se ha convertido en un momento icónico del Super Bowl, simbolizando la celebración de la victoria.