Cuando nos toca opinar de futbol, el pensamiento tendrá que ser sin remedio el del análisis integral del juego; una mirada a las formas (el cómo se consiguen los resultados) y el juicio al fondo (el resultado en si mismo). Ahí Marcelo Bielsa nos lleva mucha delantera, aunque en el Leeds United piensen lo contrario al despedirlo en estos últimos días de febrero.
No importó para los dirigentes del Leeds United que Bielsa haya ascendido y rescatado al equipo después de 17 años en la penumbra de la segunda división inglesa, ahora el «Loco» ya es memoria fresca en el cuadro blanco.
Las cuatro goleadas en los últimos cuatros partidos significaron todo en los requisitos para prescindir de su filosofía de juego, su ética profesional y su irreductible disciplina. Esto último podría ser la razón de la caída estrepitosa de sus equipos: muchos jugadores de ahora se aburren de la disciplina y prefieren menguar el nivel en la cancha. En otras palabras, es una tendida de cama moderna.
Fueron 3 goles visitando al Everton, 4 en casa ante el Manchester United, 6 en Liverpool y 4 más recibiendo al Tottenham, números que a todas luces pueden sentenciar el futuro de un entrenador en la actualidad, pero cuando las formas superen al fondo, el futbol habrá trascendido más allá de la barrera de los simples resultados.
Digo las formas porque ahí radica la fuerza del entrenador argentino, es decir, las formas de cambiar la cultura deportiva del Leeds, de salvar a un equipo que hace poco más de 3 años peleaba por no descender a la tercera división británica, de ganar hace 2 años la Champioship, la sexta mejor liga del planeta, de fomentar el Fair Play aunque esto costara ascender a la Premiere League.
Así pasó en Argentina con Newell´s, en México con el Atlas, en España con el Athletic de Bilbao y ahora en Inglaterra con el Leeds. Los títulos no le persiguen pero el juego trascendental sí,
El «Loco» se va de Leeds pero no del futbol, digo del buen futbol, de la memoria colectiva que lo conservará y lo añorará en los momentos donde un club pague 200 millones de euros por un jugador sólo para ganar la Champions League. Ahí volveremos a pedir al DT argentino que nos de catedra en conferencia de prensa.
No tomemos falsa indignación, Marcelo es la personificación de los valores más puros del futbol en los tiempos donde todos toman atajos.
