Cruz Azul regresa a la Liguilla con la responsabilidad de confirmar que su rendimiento en el Apertura 2025 no fue una casualidad, y que más allá del tropiezo ante Pumas, está preparado para competir contra los mejores. El parón previo a los Cuartos de Final permitió al cuerpo técnico afinar detalles, recuperar jugadores clave y estabilizar el entorno antes de un desafío que exige precisión absoluta.
En el campamento celeste lo tienen claro: la Liguilla no da segundas oportunidades. Cruz Azul llega con un estilo definido, una estructura consolidada y una afición que demanda un golpe de autoridad desde la ida en el Estadio Akron. La exigencia aumenta si se considera que enfrente estará un Guadalajara en pleno ascenso, un equipo que llega con confianza y que representa el tipo de rival capaz de revelar fortalezas y debilidades en cualquier aspirante al título.
Ese escenario vuelve inevitable revisar un elemento que causa inquietud interna: el historial de Nicolás Larcamón en la fase final. Pese a su capacidad para construir proyectos competitivos, su desempeño en Liguillas ha sido una deuda que persiste. El técnico argentino suma apenas una serie de Cuartos de Final superada en siete participaciones, con un balance de 4 victorias, 7 empates y 9 derrotas en partidos de eliminación directa. Un contraste fuerte con la regularidad que suele mostrar en fase regular y un dato que en Cruz Azul se analiza con lupa.
Sin embargo, esta vez el contexto parece distinto. A diferencia de sus etapas en Puebla, León o Necaxa, Larcamón cuenta hoy con una de las plantillas más profundas y equilibradas del futbol mexicano. Jugadores como Piovi, Rotondi y Gabriel Fernández llegan recuperados tras el parón, mientras que el vestuario se mantiene alineado con la metodología del entrenador. Aunque la ausencia de Kevin Mier sigue siendo un golpe sensible, el grupo ha cerrado filas alrededor de Andrés Gudiño, quien asumirá la responsabilidad bajo los tres palos.
A este panorama se suma un detalle estadístico que en Cruz Azul no pasa desapercibido: el dominio reciente sobre Chivas. En los últimos 10 enfrentamientos directos, La Máquina suma 6 victorias, un empate y solo 3 derrotas, además de mantenerse invicto ante el Rebaño desde la llegada de Iván Alonso en 2024. Son números que generan confianza, aunque en la Liguilla nada está garantizado. Para Larcamón, esta eliminatoria representa más que un desafío: es la oportunidad de romper la narrativa que lo ha perseguido y de demostrar que está listo para pelear por un título que Cruz Azul exige con urgencia.
