Tigres vuelve a imponer su ley: séptimo título y una final más que se pinta felina

Tigres volvió a demostrar por qué es el estándar de excelencia en la Liga MX Femenil. En una final intensa, cerrada y marcada por detalles, las Amazonas vencieron 1-0 al América en el Volcán para conquistar su séptimo campeonato, ampliando una hegemonía histórica que nadie más se acerca a rozar. Ni siquiera Rayadas —su perseguidor más cercano— con cuatro títulos.

Era una final con historia, heridas abiertas y una rivalidad que ya tiene capítulos suficientes para hablar de una época. Tres finales previas entre Tigres y América: la única corona azulcrema en 2018, la revancha felina de 2022 y la confirmación en 2023. Hoy, Tigres volvió a escribir su nombre donde se ha vuelto costumbre: arriba, celebrando.

Un error que cambió la final

América había empezado mejor, con intensidad y ocupando zonas más arriba. Pero en una final, un error vale oro… o un título. Al minuto 19, Annie Karich intentó retrasar el balón para reorganizar la salida, pero el pase fue tan fuerte como comprometedor. Diana Ordóñez leyó la jugada, atacó el balón y definió ante Sandra Paños para poner el 1-0 que terminaría siendo definitivo.

Tigres administró la ventaja, América la sufrió. A partir de ese momento el Volcán se encendió, y aunque las Águilas intentaron responder, el golpe anímico se notaba.

Un duelo apretado, jugado a detalles

La primera mitad terminó con Tigres arriba, mientras Jimena López salía visiblemente golpeada tras una acción que reflejó lo duro que se jugó este partido. Paños evitó un gol olímpico de María Sánchez, Kiana Palacios tuvo un cabezazo que pasó por encima, y Nancy Antonio estuvo cerca del empate con un disparo al travesaño al 56’.

Todo parecía indicar que América se metía al juego… hasta que llegó la acción que condicionó el cierre.

La roja que sentenció todo

Al minuto 60, Nancy Antonio fue expulsada tras una patada al rostro de Jenni Hermoso. La árbitra lo revisó en el VAR y no dudó. América se quedó con diez y el escenario cambió por completo. Tigres olió sangre, quiso matar la final y lo hizo: controló la posesión, atacó los espacios y jugó con la desesperación rival.

Un cierre digno de final… pero con una sola reina

Tigres nunca dejó de competir, nunca bajó el ritmo y cerró el partido con autoridad. América, entre cansancio, golpes y la desventaja numérica, ya no tuvo margen para una reacción heroica.

Las Amazonas, otra vez, levantan un título que reafirma algo que ya es imposible ignorar: estamos viendo al equipo más dominante en la historia del futbol femenil en México.

Siete campeonatos. Tres finales ganadas al América. Una hegemonía que no se discute.

Tigres manda. Tigres domina. Tigres sigue escribiendo su historia. Y ninguna final —al menos por ahora— parece demasiado grande para ellas.

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