Un funeral en San José, Costa Rica
Los rostros de los jugadores costarricenses y hondureños fueron el claro reflejo de la frustración, que los invadió tras finalizar empatados a cero goles y quedar fuera de la Copa del Mundo 2026; todo quedó convertido en un funeral en el Estadio Nacional de San José, Costa Rica.
Ambas selecciones centroamericanas llegaron a la última ronda de la eliminatoria mundialista de Concacaf con la esperanza de que el milagro se les hiciera para meterse al menos hasta el repechaje, para aún tener encendidas las veladoras y luchar para estar en la justa mundialista del próximo año, pero todo se les derrumbó.
En el caso del cuadro costarricense el golpe es letal: el fracaso de quedar fuera de la fiesta del futbol a nivel mundial recae en el técnico mexicano Miguel Herrera Aguirre, quien en enero de 2025 llegó como el hombre que podía llevarlos a obtener su pase, pero todo quedó hecho añicos tras consumarse su eliminación.

Herrera pasó en unos cuantos meses de ser quien debería dar continuidad al trabajo del argentino Gustavo Alfaro con la selección tica y su cambio generacional, a convertirse en un personaje repudiado por la afición y el futbol costarricense, porque en sus manos se le escapó ser parte de la Copa del Mundo 2026.
Uno de los históricos del futbol costarricense, Hernán Medford, en entrevista en el programa Jugada Maestra, fue puntual y directo para dar su pronóstico respecto a lo que estaba sucediendo con su selección y con el entrenador mexicano Miguel Herrera, a quien señalaba desde antes del juego ante los catrachos como uno de los responsables del fracaso tico.
Medford, exjugador de Pachuca, León y Rayados, fue tajante al señalar que uno de los pecados de “El Piojo” fue haberse cerrado a la posibilidad de rodearse de colaboradores del futbol costarricense, y que tampoco buscó el apoyo para tener una visión más clara de lo que podía necesitar para evitar este tropiezo.
Hernán estaba convencido de que solamente un milagro podía evitar que se rompiera la racha de cinco Copas del Mundo seguidas para Costa Rica; en sus palabras reflejaba el enojo y la frustración que ya se vislumbraba para el pueblo tico, porque desde su perspectiva, Miguel Herrera había pecado de soberbia.
Lo que parecía un simple presagio nada positivo se convirtió en una dolorosa realidad para una nación que, en enero pasado, tenía sembradas sus esperanzas en Miguel Herrera. Pero así es el futbol; no todo se le puede cargar al estratega mexicano, porque también Medford reconoció que el cambio generacional iniciado con Gustavo Alfaro tampoco se hizo con inteligencia.
Este tropiezo sin duda alguna marcará a Miguel Herrera, pero también le dejará una enseñanza dolorosa, que le servirá para futuros proyectos que seguramente le llegarán más adelante.