América volvió a demostrar que atraviesa uno de sus momentos más sólidos del torneo. En un Clásico Nacional que exigía cabeza fría, carácter y contundencia, las Águilas derrotaron 2-0 a Chivas en el Estadio Ciudad de los Deportes y sellaron un global de 4-0 que no dejó espacio para interpretaciones: fueron superiores de principio a fin. Las azulcremas están otra vez en la final y ahora se medirán con Tigres, en lo que promete ser otra edición de una rivalidad que ya es parte de la historia reciente de la Liga MX Femenil.
Desde el pitazo inicial, América entendió el partido mejor que su rival. Con Camberos encendida, Vilamala asociándose bien y un bloque ofensivo que presionaba alto, el cuadro azulcrema impuso un ritmo que Chivas nunca logró igualar. El primer aviso serio llegó temprano: Vilamala filtró para Camberos y la atacante estrelló su tiro en el poste, una jugada que marcó la tónica de la noche. América mandaba, creaba, insistía. Chivas resistía como podía.
El dominio terminó por reflejarse en el marcador al minuto 33, cuando Nicki Hernández probó de media distancia y Celeste Espino no pudo contener un balón que parecía de trámite. Fue un error doloroso, porque significó el 3-0 global y, sobre todo, porque dejó al Rebaño en una situación casi imposible: debía meter cuatro goles en poco más de una hora.
El golpe definitivo llegó al minuto 58: Karich sacó el disparo, Espino dejó el rebote vivo y Kiana Guerrero apareció puntual para empujar la pelota y sentenciar la eliminatoria. Un gol que reflejó lo que fue la serie: América más rápida, más fina y más agresiva en las dos áreas.
Chivas, por su parte, terminó acumulando frustración. Entre molestias musculares, pérdidas de tiempo obligadas y el cansancio inevitable, el Rebaño se fue desdibujando. Las tapatías vivieron el partido desde la impotencia de saber que el arco contrario se volvía cada vez más inalcanzable.
¡TERMINA EL PARTIDO Y ESTAMOS EN LA FINALLLLL! 💙💛 pic.twitter.com/WRevYrmR3X
— Club América Femenil (@AmericaFemenil) November 17, 2025
Los minutos finales sólo confirmaron lo que todo el estadio ya sabía: América estaba de vuelta en una final. El 2-0 fue justo, trabajado y coherente con lo visto en la eliminatoria.
América llega con inercia, personalidad y un futbol que crece cuando más se necesita. Chivas, en cambio, quedó fuera sin goles a favor, superada en lo táctico, lo físico y lo emocional.
La final está puesta: América vs Tigres, una rivalidad que ya es parte del ADN de esta liga. Las Águilas vuelan alto otra vez.
