Las decisiones de Efraín
-Columna invitada | Javier Rojas
A Efraín Juárez y a Luis Pérez los conozco y los estimo. No por ello puedo dejar de hablar de las decisiones que ha tomado Efraín, en su papel de máximo responsable como entrenador de los Pumas, que hoy tienen al equipo debatiéndose entre el repechaje y la eliminación.
Con dos puntos más no sucedería esto. Dos puntos que le asegurarían el boleto al Play-in, aunque la grandeza de los Pumas los debería obligar a pelear siempre los primeros lugares.

Dos puntos que quizá se fueron por aferrarse de forma precipitada a alinear a Rodrigo Parra, el portero de la Sub-17, y romper el orden del proceso, relegando a Miguel Paul, el de la Sub-23, quien mostró en la Leagues Cup estar más preparado. A Parra lo mantuvo en la jornada uno y en la dos, repercutiendo en los resultados adversos y en el desarrollo del jugador. Situación que elevó la urgencia por contratar a Keylor Navas, quien con tan sólo unos días en nuestro país, fue titular en la jornada tres contra Querétaro.
Fue también Efraín quien pidió la contratación de Aaron Ramsey, aplaudida por muchos cuando se anunció, pese al alto riesgo de que sucediera lo que finalmente aconteció con el galés.

Efraín ha tomado algunas decisiones cuestionables, incluso en sus declaraciones o la forma como enfrentó los abucheos de la afición el domingo pasado. Determinaciones que hoy elevan de forma innecesaria la presión en su entorno y en el equipo, justo en el momento más importante del torneo.
Por ello, el sábado ante el líder Cruz Azul, se juega un lugar en la reclasificación y gran parte del crédito para su proyecto. Hoy el mérito del entrenador mexicano, que fue campeón contra todo y contra todos en el equipo más popular de Colombia hace casi un año, se diluye por decisiones precipitadas que opacan el futuro de un director técnico con el perfil ideal para rescatar a los Pumas.