En una noche donde Kansas City necesitaba respuestas, Patrick Mahomes volvió a ser el líder que define partidos. Los Chiefs (3-3) frenaron su mala racha y derrotaron 30-17 a unos Lions (4-2) que, pese a su gran inicio de temporada, fueron neutralizados por completo en Arrowhead.
Desde el primer cuarto, los locales marcaron el tono. Mahomes encontró a Xavier Worthy con un pase quirúrgico de seis yardas para abrir el marcador, aunque el punto extra fallado de Butker dejó la cuenta 6-3 tras el gol de campo de Detroit. El juego comenzaba parejo, pero con la sensación de que Kansas tenía algo más en el tanque.
Los Lions respondieron en el segundo cuarto con un envío profundo de Jared Goff hacia Williams para el 10-6, pero la reacción del dos veces MVP no se hizo esperar. Mahomes no solo recuperó la ventaja con un touchdown por tierra, sino que antes del descanso ya había devuelto la confianza a su ofensiva. Con el marcador 13-10, Kansas City se marchó al vestidor con el control emocional del encuentro.
En la segunda mitad, los Chiefs ajustaron como en sus mejores tiempos. Mahomes encontró otra vez a Brown en la zona de anotación para estirar la diferencia, y aunque los Lions recortaron con un gran pase de Goff a LaPorta en el último cuarto (20-17), la experiencia de Kansas pesó más.
Mahomes volvió a conectar con Brown para el 27-17, y un gol de campo final de Harrison Butker sentenció la noche con el 30-17 definitivo. La defensa, liderada por Chris Jones, cerró filas y no permitió más avances a Detroit.
BIG TEAM WIN‼️ pic.twitter.com/PnGR1hA878
— Kansas City Chiefs (@Chiefs) October 13, 2025
Los Lions, que llegaban con cuatro victorias consecutivas, fueron contenidos en todos los frentes. Goff terminó presionado y sin ritmo, mientras que Amon-Ra St. Brown y Gibbs apenas pudieron generar peligro ante una zaga que se reencontró con su identidad.
Kansas City necesitaba este triunfo, no solo para equilibrar su récord, sino para recordar quién manda en la AFC. Mahomes volvió a ser el motor de un equipo que, pese a sus dudas, sigue siendo un contendiente legítimo al Super Bowl.