Este 22 de julio se cumple una década desde que André-Pierre Gignac marcó su primer gol con Tigres UANL, un momento que marcó el inicio de una era dorada tanto para el club como para el futbol mexicano. El tanto llegó en un partido crucial: la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores 2015, en el Estadio Universitario, donde los felinos derrotaron 3-1 al Internacional de Porto Alegre. Aquel cabezazo al minuto 18, tras un centro de Jürgen Damm, no solo selló el pase a la final, sino que también fue el primero de los 216 goles que el francés ha anotado con la camiseta auriazul.
Desde su llegada a México en 2015, Gignac no ha dejado de escribir historia. Con el dorsal 10, se consolidó como el máximo goleador en la historia de Tigres, superando marcas de leyendas del club y posicionándose como uno de los grandes íconos del balompié nacional.
En el contexto general del futbol mexicano, sus números son igual de impresionantes. Está entre los cinco extranjeros con más goles en la historia de la Liga MX, ocupa la posición 12 en la tabla histórica de goleadores del torneo, y se ubica en el Top 3 de máximos anotadores con un solo equipo. Además, es el tercer jugador con más goles en Liguillas y el tercer francés con más anotaciones en la historia del futbol mundial.
El pasado sábado, tras cinco meses fuera de las canchas por lesión, Gignac volvió a la actividad entrando de cambio al minuto 82 en el duelo ante León. Su último partido había sido el 25 de febrero frente a Juárez. A sus 38 años, el delantero continúa siendo pieza clave para los universitarios y, a una década de su primer grito de gol en México, sigue alimentando su legado como uno de los grandes referentes del futbol en nuestro país.
