Desde 1938 y hasta 1950 la FIFA decidió no disputar la Copa del Mundo; esto debido a la Segunda Guerra Mundial; sin embargo si existía una designación para el mundial de 1942.
El país que sería sede para esa copa del mundo estaba entre Alemania y Brasil, por ello el cuadro alemán, a fin de demostrar su poderío decidió jugar un partido conmemorativo el 20 de abril de 1942, por motivo del cumpleaños del dictador Adolf Hitler.
El duelo fue ante Suiza, uno de los equipos que se había encontrado en calidad de neutral durante la guerra, el resultado fue de 2-1 a favor de los suizos; a partir de ahí, Hitler lanzó una amenaza a todos los jugadores de que si volvían a caer irían a la guerra.
El cuadro teutón comenzó a jugar duelos contra partidos del eje nazi, enfrentando a: Hungría (5-0), Rumanía (7-0) y Bulgaria (3-0).
Tras los buenos resultados la Selección de Alemania decidió medirse ante Suecia, uno de los mejores equipos de la época, siendo considerado este juego como: la final no oficial, del Mundial no oficial; y en la cual se impuso Suecia 3-2 a Alemania.
Cuenta la historia, que a la mañana siguiente de este partido, Hitler cumplió su palabra y mandó a la guerra a todo el cuadro teutón.
